Es muy común que las mujeres suframos de infecciones vaginales.
La fisonomía vaginal hace que sea un área del cuerpo muy delicada y
además ahí se pueden guardar muchas bacterias, virus y hongos que, si se
desequilibran, hacen que las infecciones se desarrollen con facilidad.
¿Cuáles son las infecciones más comunes y cómo las podemos tratar? Sigue
leyendo para saber más…
La vagina es una de las zonas del cuerpo de la mujer con mayor
cantidad de microorganismos. Todos ellos coexisten en un equilibrio
normal y este ecosistema es necesario para la salud de la mujer y, en su
momento, incluso para la salud de los bebés. Al parir por la vagina, el
sistema inmunológico de los bebés se activa, su cuerpo se coloniza de
las bacterias de la madre y comienza un proceso de adaptación y defensa
necesarios para la salud del bebé fuera del útero (de la matriz).
Este equilibrio puede ser fácilmente alterado y es entonces cuando se
generan condiciones anormales en la vagina y por lo tanto, posibles
enfermedades. Algunas de ellas también se pueden adquirir de las
relaciones íntimas, me refiero a las infecciones o enfermedades de
transmisión sexual. Algunas de las infecciones vaginales incluyen:
candidiasis o moniliasis, vaginosis bacteriana, tricomoniasis, virus del papiloma humano (VPH), herpes, clamidia, gonorrea, y sífilis.
Algunas pueden ser causadas por contacto sexual como mencioné, otras
por usar ropa muy ajustada, abusar del azúcar y las harinas procesadas
en la dieta, de las duchas vaginales o por el uso de antibióticos (que
cambian la flora vaginal), por falta de higiene o por el uso de telas
sintéticas en la zona genital.
En esta columna discutiremos las infecciones vaginales causadas:
- Por los hongos: Candida Albicans (candidiasis)
- Por las bacterias: Gardnerella vaginalis (vaginosis bacteriana)
- Por los parásitos: Trichomonas vaginalis (tricomoniasis)
Los síntomas que causan las infecciones vaginales suelen ser flujo o
secreciones de varios colores y olores (entre más oscuro sea el color y
los olores sean más intensos, puede tratarse de algo más serio). Suelen
venir acompañadas de cambios de color, enrojecimiento, ardor o dolor,
resequedad, molestias al orinar y al tener relaciones sexuales (incluso
puede haber sangrado).
Es muy importante que si tienes alguno de estos síntomas hagas una
cita con tu ginecólogo para que te revise, te haga un estudio para
determinar qué tienes (como un cultivo vaginal, por ejemplo) y te de el
tratamiento que necesites.
Es importante que no tengas relaciones sexuales mientras tengas la
infección vaginal, que seas muy cuidadosa con tu higiene íntima, pero
que evites las duchas vaginales porque además de alterar aún más tu
flora vaginal, estas podrían hacer que la infección se propague a otras
zonas de tus genitales o, sea, que incluso lleguen hasta la pelvis y que
causen problemas más graves como la enfermedad inflamatoria pélvica.
Por cierto, la vaginitis se refiere a la inflamación de la vagina.
Puede ser causada por bacterias, hongos, parásitos o virus, así como por
irritaciones generadas por químicos, telas, contacto sexual, hormonas,
antibióticos, anticonceptivos, duchas vaginales y enfermedades de
transmisión sexual (ETS).
Candidiasis
Esta infección se genera por un sobre crecimiento de hongos en la vagina (Candida Albicans) Los
síntomas típicamente son: ardor, irritación, comezón, enrojecimiento y
puede haber inflamación de la vulva con dolor. y el flujo vaginal es
blanco, inodoro y se ve como requesón (cottage cheese). Es de
las infecciones vaginales más comunes y por lo tanto de las más fáciles
de curar. De hecho, para tratarla, hay muchos medicamentos que no
requieren receta médica (pomadas y óvulos contra el hongo). La padecen
alrededor del 75% de mujeres alguna vez en su vida.
No hay problema en usar alguno de estos productos que se venden sin
receta aplicarte si estás plenamente segura que se trata una infección
vaginal por hongos o candidiasis ligera. Pero, no debes auto-medicarte:
si estás embarazada, si tienes diabetes, si estas teniendo estas
molestias frecuentemente (4 veces al año o más), tienes problemas
inmunológicos (o sea, si tu sistema de defensa está débil), ya sea
porque tienes VIH o por alguna medicina que tomes por algún otro
problema médico, o si no estás segura si lo que tienes es una infección
vaginal por hongos. En todos estos casos debes visitar al médico.
Para tratar las infecciones por cándida generalmente se usan
medicamentos como: isoconazol, clotrimazol, miconazol, terconazol o
fluconazol. Vigila muy bien tus síntomas y checa que en verdad vayan
mejorando una vez que usas los medicamentos. Algunos de ellos se toman y
otros se aplican exteriormente o se introducen en la vagina. Si no se
quitan tus síntomas, consulta a tu médico pues podría tratarse de otra
cosa.
Contamos con algunos estudios acerca de terapias alternativas para el
tratamiento de la infección vaginal por hongos. Entre ellos están el
ácido bórico en supositorio que parece que podría ayudar en algunos
casos, pero que puede irritar la piel y que es toxico si se ingiere.
Desgraciadamente, no se tienen estudios bien diseñados.
Otro que se utiliza frecuentemente es el yogurt natural (sin azúcar)
ya sea dentro de la vagina o ingerido. El que contiene lactobacillus
vivos (que también se pueden consumir en cápsulas). Algunas mujeres
dicen que comer una taza de este tipo de yogurt diario por 6 meses puede
reducir la incidencia de infecciones vaginales por cándida siempre y
cuando que realmente contenga lactobacilos acidofilus vivos.
Varias mujeres han reportado buenos resultados usando este tipo de
yogurt, sin embargo, aún no se han realizado estudios con un grupo de
mujeres de control que corroboren este hallazgo. Algunos estudios han
mostrado que es efectivo para reducir los cultivos de cándida y que
ayudan a disminuir los síntomas, pero otros no han podido confirmar ni
obtener los mismos resultados. Así que su eficacia incierta y los
expertos no lo recomiendan hasta que se verifique científicamente.
Otros remedios que algunas mujeres utilizan a pesar de la falta de
evidencia científicas de su eficacia incluyen, por ejemplo: cremas o
baños de asiento con tea tree (árbol del té) una especie
originaria de Australia los aborígenes utilizan como un antibiótico
natural desde tiempos ancestrales. Lo usan externamente para la
infección por hongos como la candidiasis. Sin embargo, no hay estudios a
gran escala, ni probados, que avalen su eficacia. Se necesita más
investigación al respecto.
También han usado al ajo, supuestamente para tratar a los hongos y
para fortalecer el sistema inmunológico. Su eficacia en el uso tópico (y
en este caso, interno, dentro de la vagina) no se ha comprobado
científicamente. Además el ajo podría interactuar con algunos
medicamentos e incluso causar reacciones alérgicas. Es importante que
consultes a tu médico antes de usarlo.
En cuanto a la prevención: evita las duchas; evita usar ropa apretada
en esa área; procura usar ropa de algodón y evita las telas sintéticas
para evitar la humedad; quítate el traje de baño y la ropa de ejercicio
tan pronto como puedas: no uses toallas femeninas, tampones o jabones
perfumados; evita los baños de tina muy caliente; procura controlar tu
diabetes.
Vaginosis bacteriana
La vaginosis bacteriana es la causa más común de vaginitis, sucede
cuando las bacterias que normalmente habitan la vagina se desequilibran y
algunas de ellas (como la Gardnerella vaginalis) crecen en
exceso. Es común que aparezca cuando se usa un dispositivo intrauterino
(DIU), haya habido contacto sexual de riesgo o estés embarazada.
La higiene es muy importante, si has sido diagnosticada con esta o
cualquier otra infección vaginal. Sin embargo, hay mujeres que eligen
darse duchas vaginales con vinagre y los médicos no lo recomiendan pues
aseguran que la vagina está hecha para limpiarse a sí misma y los
agentes externos (como los jabones, los perfumes y en este caso, el
vinagre) pueden alterar a las bacterias que mantienen a la flora vaginal
saludable.
Los síntomas de la vaginosis bacteriana es un flujo vaginal delgado
grisáceo de un olor a pescado, especialmente después de tener relaciones
sexuales. Podría haber picazón vaginal y ardor al orinar. Sin embargo,
algunas mujeres no tienen ningún síntoma.
A veces, las mujeres creen que tienen una infección por hongos por la
picazón, pero al no responder al tratamiento van al médico y él o ella
les dice que su infección vaginal es una vaginosis bacteriana. A veces,
buscan ayuda profesional por el mal olor. Es importante tratarla porque
puede causar enfermedad inflamatoria pélvica si no se atiende y ésta
puede llevar a esterilidad. Cualquier infección aumenta el riesgo de que
contraigas otra enfermedad de transmisión sexual y si estás embarazada,
se asocia a bebés de bajo peso al nacer y a partos prematuros.
La vaginosis bacteriana se puede tratar con metronidazol (oral o en
gel) o clindamicina en crema y algunas investigaciones clínicas muestran
que ciertas cepas de lactobacilos (gasseri y rhamnosis)
podrían ayudar en el tratamiento de la vaginosis bacteriana cuando se
aplica dentro de la vagina. La pareja masculina no requiere tratamiento
pero si se podría transmitir de mujer a mujer, por lo que la pareja
femenina debe chequearse para determinar si tiene la bacteria y de ser
así, que reciba tratamiento.
Para prevenirla, evita las duchas, los perfumes y usa el jabón por fuera. Si tienes varias parejas sexuales, usa un condón.
Actualmente no existe evidencia científica de ningún tratamiento
alternativo o complementario que ayude al tratamiento de la vaginosis
bacteriana.
Tricomoniasis
La infección vaginal por Trichomonas vaginalis se transmite
por contacto sexual y es causada por un parásito. Se transmite tanto en
los hombres como en las mujeres y en nosotras se establece en la vagina.
Se puede prevenir teniendo precauciones en relación al sexo (usando un
condón correctamente) y si te la han diagnosticado tu pareja también se
debe revisar.
Es muy común, pero sólo el 30% de las personas infectadas desarrollan
síntomas. No se transmite a otras zonas del cuerpo como boca, ano o las
manos y aunque no tengas síntomas se puede seguir contagiando.
Los síntomas incluyen: flujo claro que puede ser transparente,
blanco, amarillento o verdoso, de un olor diferente, ardor,
enrojecimiento, dolor, picazón, molestias al orinar y al tener
relaciones sexuales. Si no se trata se puede prolongar por meses e
incluso años. Lo que sucede es que los síntomas pueden ser
intermitentes, si se presentan. En las mujeres embarazadas puede causar
partos prematuros y bebés bajos de paso.
Se diagnostica con una prueba de laboratorio y normalmente se trata
con antibióticos (como metronidazol). Lo debe tomar la mujer infectada,
igual que su pareja o parejas y evitar, durante el tratamiento, tener
contacto sexual. Una vez que puedas volver a tener relaciones, protégete
con condón ya que la puedes volver a contraer.
Actualmente no existe evidencia científica de ningún tratamiento
alternativo o complementario que ayude al tratamiento de la
tricomoniasis.
Fuente:
www.vidaysalud.com
http://vidasaludable-hechos.blogspot.pe
Masoterapia "SHAYK"
La picazón vaginal tiene multiples causas, y es importatntísimo una adecuada limpieza e higiene.
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